22 de enero de 2010

Manifiesto de humor estival

"Yo voy a ser como yo quiera.
En qué frecuencia estás,
yo estoy en las demás.
Nos vemos cuando te mueras"
Choto, de la tira Ciega a Citas




Qué siniestra esta soledad de milenios. Esta implacable mancha de penumbra que me persigue. Qué desastre.


Hay tanta mediocridad en el mundo. Tanta cosa hecha con desgano. Tanto malhumor.
Tanta mierda.
Cosas con las que cargamos todos. Y los rencores por supuesto. Aprender a lustrar los muchos rencores que una guarda no es tarea fácil. Y no hay fórmula zen u oriental que valga. Pero me tranquiliza creer en el karma. Todo vuelve, acuerdensé.


Igual, haya paz. Un poco aunque sea. De esa que amolda la locura diaria.


Pero, de vez en cuando, quisiera matar lentamente a cierta gente. No se preocupen, no me da el cuero para matar a nadie. Y son pocas veces. Se me pasa cuando me digo a mí misma que son pelotudos. O fachos.


En fin. Es mucho. Es demasido para este cuerpecito cargar con semejante soledad. Y con histerias ajenas. Demasiado tengo conmigo. Hay algo de violencia ahí. Probablemente un poco de autocastigo. Posiblemente necesite una temporada de psicólogo. Por suerte siempre hay alguien cerca que comprende estas soledades. Y las escucha y las comparte. Para nostalgear de a dos, al menos.


Hay mucho delirio también, y por suerte. Mucho de esta soledad que amo. Mucha belleza que sobra y brota a borbotones. Mucho estremecimiento del bueno. Mucha persona que sabe decir y hacer. Mucha palabra. Mucho abrazo.
- El día que me di cuenta que amaba los abrazos,
estaba soltando ese que iba a perder para siempre.
Cosas que pasan-.


Igual, haya violencia también. Un poco. De esa que salva de la cordura eterna.


Supongo que todo esto tiene que ver con la sensación térmica. Y con esto de que trabajar en verano es un plomo. Y me pone de los pelos.


En fin. Es mucho. Capaz sea sólo que me está por venir. Y me pongo de la nuca.






-A mis amigas, que siempre
siempre
me salvan de la locura.
Y de la cordura también-

8 de enero de 2010

Series II

Yo abrazo, delicia pura,
tu cara desconocida, idéntica a mi alma.
Marguerite Yourcenar

I

Un vientre danzador
Un ser humano
Un abrazo
No tendría que existir nada más en el mundo
para aprender a encontrarnos




II
Y si nos dirigimos
inevitablemente
hacia la Nada


¿cómo rompemos el abismo entre el silencio, que niega,
y la sinfonía atormentada, que libera?


¿qué estamos esperando para destrozar el tiempo?


Pintura: Marc Chagall