19 de febrero de 2012

Voy.

Voy a sentarme a esperar la lluvia.
Que se demora. Que viene llegando tarde.
Voy a contar mis dedos, que alguna vez, hace mucho tiempo, te acariciaron.
Voy a recorrerte imaginariamente. A amarte.
Voy a enumerar mis tragedias. Y reir a carcajadas.
Voy a despertarme un día, y vas a estar ahí. Con toda tu desnudez a cuestas. Con tu hermosura.

Porque cada tanto, sin previo aviso, como sin querer queriendo, te me metés en los sueños. Pequeño hombre que baila detrás de mis párpados.

Voy a sentarme a escuchar tango. Muchos y buenos tangos. Y a esperar la lluvia.
Que llega tarde, como siempre.

15 de febrero de 2012

Certezas.

Fijate qué cosa curiosa
tener de repente la certeza de que la vida cambia en un chasquido.
Y sin embargo una sigue enfrascada en las rutinas cotidianas,
que por rutinas, no tienen por qué ser aburridas.

En fin. Mirá qué loco. Saber de repente que un día me voy a morir.
Como todos.
Y la vida va a seguir. Porque así es el mundo, por suerte.
Y no saber si amé de verdad. O si me amaron.

Pero sí saber, con certeza nauseabunda
que soy felíz, contra todos los pronósticos.