26 de febrero de 2014

Soñadas.

Soñé con mates y tu abrazo a la orilla del río, una tarde cualquiera de esas que nos debemos. Escribo para que sepas que te sueño con la cotidianeidad más linda, y así de fresco como anda hoy el mundo, y como somos cuando estamos. Y ando ganas de las carcajadas que nos nacen y nos reinventan, y de esta lluvia suavecita, compartida, y de lo otro, todo lo otro que no se nombra acá porque es sólo nuestro. Se cae el mundo en esta orilla. Llueve toda la vida. Y yo agradezco que estés vos, en algún lado, siendo tan nuevo como siempre, como el cielo entero mojando la tarde.

Baxada Grande, Paraná, Entre Ríos.

11 de febrero de 2014

Casa.

Subo las escaleras hasta mi casa. Mi casa que se encareció sobremanera en estos últimos meses. Mi casa pequeña. Pero mi casa. Donde tengo mis tazas y mi café y mis libros y mi música y mi mate, y puedo distribuir toditos mis papeles sobre la mesa en el orden exquisito que tienen en mi cabeza. Acá, en mi casa, soy feliz. Tengo esta lluvia y estos momentos para mí, y esta alegría del lugar propio, construido con todos los pedacitos de mi vida, todos los días.



4 de febrero de 2014

Preguntas.

a veces, mi natalia la insegura revuelve en los cajones que mi natalia la prolija había fondeado allá lejos y hace tiempo. y aquella se pregunta, se vuelve a preguntar, si habrá que resignarse alguna vez a querer lo que ya se tiene, por defecto o por virtud. o conformarse con lo que está al alcance de la mano y de la vista, contentarse con lo que hay, porque es lo único que hay. ¿es así? mi natalia la del vaso medio lleno grita que no, indignada, que nunca, que lo último que se pierde es la capacidad de soñar. y mi natalia la soreta dice que lo último que se te pierde son las tetas.

en el trajín de revolver, había algunas preguntas que quedaron pendientes. ¿será que somos inconformistas? ¿con todo? ¿siempre? sí, mi natalia del espejo dice que sí a todo eso. nada las convence. y después, la misma natalia duda, y dice que ojalá lo seamos. ¿de dónde saco el tiempo para hacer todo lo que quieren hacer con esta vida? hay que elegir, dicen todas. elegir algunas cosas, las que mejor nos llenen, y nos guarden, y nos libren de la rutina y de la queja y del cubículo y de la gente-mierda, amén.

entre tanta pregunta dispareja, mi natalia la que escribe se regocija ante el teclado brillante y la tormenta nueva que musicaliza el día.