21 de enero de 2015

Ver y abrir y ver.


había que ver el mar y ver el río

inhalar fuerte otros aires

dejarse encandilar por el mismo sol iluminando en otro lado

abrir los ojos acá cerca

besar entre la distancia y la cercanía

reformular el aliento

la lentitud

el horizonte

abrir el balcón de par en par

y corroborar que las plantas sobreviven

y vive el amor, también

la extrañeza

el sexo buenaventurado y memorable

los juegos

las palabras -que están y que faltan-

sobrevive incandescente

a pasitos de la risa

del corazón

de las manos mías y las manos tuyas cuando se juntan

y camina el amor, también

con sus vericuetos

y la novedad de andar así

-tan rara para mí-

de a dos



San Marcos Sierras, Córdoba, hace poquito.