28 de febrero de 2006

Pasivos payasos proclives al piano,
plantean plausibles pecados.
Pasando sus picos por pasados pantanosos,
patean placeres posibles
y palidecen en su pantomima patética.
Un par de palabras paralelas pelean
en la parafina plateada
pidiendo perdón por el periplo
de la paradoja perdida.

Sibila

24 de febrero de 2006

Miro los pequeños rostros que buscan ávidamente el fin de la noche (que sea una noche buena, que el carro quede lleno al final del recorrido); las manos que ya empiezan a dejar de ser manos de niños, hurgando en botes de basura, abriendo bolsas, sacando cartones.
En las melenas despeinadas y sucias, el brillo de la luna creciente platea los mechones de pelo negro. El carro va lento, arrastrado por un hombre joven. Quién sabe sus pensamientos. Quién sabe sus imágenes adentro, tras los ojos cansados. Dos niños revolotean al costado de los tachos o entre las bolsas de nylon tiradas en la vereda. Mariposas inquietas... como si después de todo, fuera un juego.

Paula Kindsvater

10 de febrero de 2006

Mural


En el Hospital Materno Infantil San Roque de la ciudad de Paraná, en la sala de des-espera de la terapia intensiva, se ven inscripciones como: "Dios ylumina", "Su papa cien la espera", "Nestor que Dios te beniga", y con el mismo color: "Nesto que todo te mu bien pronto. Tu tía Rosa".*
Así, los familiares de los internos les escriben cartas a sus niños y a sus niñas y les dibujan barcos, como esperando que la cal les absorba la tristeza y los inmortalice.

*Las frases están escritas de manera textual: "ylumina" por "ilumina", "papa" por "papá", "cien" por "quien", "beniga" por "bendiga", "Nesto" por "Néstor", "te" por "esté", "mu" por "muy".

María Emilia Elizar