31 de diciembre de 2012

Trece.


Quien busque el infinito, que cierre los ojos.
Milan Kundera.

Mañana será otro año. Otro camino. Y como es costumbre, vale entregar los mejores deseos al viento. Y regar la tierra de abrazos y besos. Así que acá les dejo los míos.
Quiéranse. Este cuerpo viene todo junto, adentro y afuera. Y es el único que vamos a tener. Hay que cuidarlo, para que dure. 
Amen. Con todo el cuero. Con los sentidos. Hasta los defectos.
Digan Gracias, Por favor, Te quiero, nada acaricia mejor que esas palabras. 
Así que, a ustedes, gracias. Los quiero, aunque no los conozca. Por favor, sean ustedes mismos, siempre.
Abracen. Besen. Rían. Que 2013 esté colmado de carcajadas. 
Sean felices. Muy, muy, muy felices. 

Felíz DosMilTrece y Buena Vida





"Cuándo fue la última vez que te preguntaste?"

28 de diciembre de 2012

Doce.

Uno. Crecí mucho.
Dos.  Hice cosas que me debía.
Tres. Amé. Y dejé de amar (como siempre).

Cuatro. Fui yo, contra todos los pronósticos.
Cinco. Tuve, tengo, con certeza nauseabunda, muchísima gente. Mis hermosísimas gentes que me aguantan el corazón. Que están ahí, estando. Sosteniendo el abrazo, la mirada, el beso.

Seis. Lloré mucho. Más de lo normal.
Siete. Me morí de risa. A carcajada limpia anduve. Mucho más de lo habitual. 
Ocho. Decidí.
Nueve. Me arrepentí, pero no de mucho.
Diez. Abracé tanto, pero tanto, que se me hincha el pecho cuando me acuerdo.
Once. Estuve triste, muy, muy.
Doce. Fui felíz. Tan increíblemente felíz, tantísimas veces. Que sólo quiero que empiece todo de nuevo. 



23 de diciembre de 2012

Extrañeza.


Te me metiste entre los párpados.
Andás revoloteando, violentamente, en mi cabeza.
No te quiero ahí, es la pura verdad. 
-aunque me encante simular que no te miro- 
Quiero otra cosa.
Una palabra quiero. Algo que nos diga. Nos nombre.
Porque así, así como ahora, ya no más, aburre, pesa una rutina que no busco.
-y sin embargo cuando estás, estremezco, y desbordo de ganas de tocarte-

Y después, la extrañeza. Esto de que digo tu nombre y no lo conozco. 
No sé quien sos. Cómo llegaste a mi cama. 
-Quién sos. Quién te nombra, además de mi-
Si te quiero querer. O sólo es esto que es

Y sin embargo, me zumbás en los oídos, te tengo impregnado en los ojos. 
Te llevo conmigo en este solsticio de verano. 
Más allá de que seas un extraño presente entre estas sábanas. 

22 de diciembre de 2012

Sucesos.

[Que no me encuentre enero
fugitiva de tu boca
                                                      -tan real que asusta, tan certera que arremete-
como sucede siempre que despuntan
los años nuevos]




"...una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mi para dibujarla con mi mano en tu cara..."

11 de diciembre de 2012

Ver.



te miré viéndome

no como se ve un libro nuevo, o la calle al cruzarla, o la ventana al abrirse


te miré viéndome como se mira lo recóndito,

lo inmedible pero tocable, una piel al alcance de la mano

una infinitud que calma


en esta mirada, pensé, en la mirada de este hombre, ahorita mismo

no me voy a morir nunca.

Marc Chagall.


Poema expuesto en Arte y la Madre, noviembre 2012.


6 de diciembre de 2012

Barrio.

Puede haber varias cosas que definen un barrio. Pero la principalísima de todas son los vecinos.
Hoy relampaguea y tormentea desde hace ya un par de horas en el mío. En la ciudad. Y en la ciudad de enfrente. En el medio de la actividad climatológica, una hace cosas, que debe y quiere. Yo, por ejemplo, hoy tenía pilates. Y fui, por supuesto. Es mi tiempo para mí. Y para no llegar redonda al verano.
Cuando salí de ahí, llovía, pero no mucho. Me arriesgo al almacén, dije. Fui. Mientras esperaba que me atiendan, pasó lo obvio: el tormentón. Con relámpagos y vientos y gotas bien gruesas. Completito. Hice tiempo charlando con el almacenero. Paró un poco, y salí. Las bocacalles eran ríos. Y con correntadas importantes en ambos lados. ¿Por dónde mierda cruzo? Pregunta crucial que me hice (sentiende?). Y existencial. Tres vecinos miraban desde la vereda de mi casa, a resguardo bajo techo, mirando qué carajo hacía, seguramente esperando que me quebrara una gamba tratando de cruzar (eso pensé, de mierda que soy nomás). Me mando, dije. Me mandé. La primer correntada salió bien. A la segunda tambaleé, porque ya estaba confianzuda, y la muy soreta se llevó mi ojota. Chau, dije, en voz alta.
-¡¡¡CORRELA!!! -escuché que me gritaban.
Y ahí nomás, dos vecinos, padre e hijo, salieron a correr la ojota media cuadra, con lluvia y todo. Hasta que la detuvo la rueda de un auto estacionado y, milagrosamente, subió a la vereda. Ojete. Puro ojete.
Y, claro, ya me hice amiga de mis vecinos. Gracias, gracias, les dije. De nada, de nada, replicaron.
Eso es un barrio. Que dos locos que ni te conocen te corran la ojota, con lluvia y todo.
Está decidido: no me mudo más.

2 de diciembre de 2012

Silbidos de cielo.

Con amores fugaces e inolvidables, 
con parasiempres grávidos como espuma 
y el acero afilado de los probables 
colgado vigilante junto a la luna.
Soltar todo y largarse, Silvio Rodríguez.

Hace unos días
un hombre estuvo a punto de hacerme estallar el corazón
varias veces.
Tanta belleza. Tanta poesía cantada.
El mundo es mi recoveco hecho una canción de Silvio.
Silbidos de cielo.
Me enamoré esa noche. Como nunca. Como siempre, en realidad.
Como si fuera la primera vez. Como si nunca hubiera escuchado.
Después las mujeres que me rodean.
Las muchas muchachas que pueblan de voz el mundo.
Que cantan y se hinchan las estrellas. Se callan los grillos para escucharlas.
Ardió el mundo.
Subió fuego a fuego por la columna.
Extendí la mirada. Abrí los ojos.
Lloré sobre las escaleras toda conciencia sobre mí misma [esto de saber que somos finitos, tan]
Supe de mis dedos cuando tocan. De mi voz cuando canta. De mi amor roto y entero. De mi, supe. 
                                                                                           Gracias a todos ellos.






A Silvio, mis amigas y compañer@s.

8 de noviembre de 2012

Sueños II

anoche andaba en bicicleta.
soñaba que andaba y andaba.
giraba por la ciudad.
subía, bajaba, miraba.
comía una mandarina, dos.
subía, bajaba, miraba.

ardía el sol. soplaba caliente el viento de verano.
la bicicleta me llevaba a algún lado.

un árbol?, pensé
el río?, supuse
un otoño?, quise

pero no. andaba por caminos que no conocía.
mientras ardía el sol, allá arriba, increíblemente.

la bicicleta me llevó,
despacito,
hasta tu sombra.

permiso, te dije, esta tarde acá me quedo.


27 de octubre de 2012

Néstor.


Tengo palabras atragantadas. Atravesar la muerte de otro y sentirla cercana es algo inédito para mí. Otro que no es familia, ni amigo. Compañero, eso.

Las banderas, las consignas. Los compañeros. La Plaza.
Atravesar la Plaza, la primera Plaza del país, para despedir al compañero y presentarle nuestros respetos. Para que sepa que acá estamos y estaremos, construyendo lo que él empezó.

Ahí estaba el pueblo. Precioso. Colmado de banderías y de independencias. Yo estoy porque tengo que estar acá, escuché decir a una doña. También sentí eso. Venir a despedir. Venir a apoyar. Venir a encontrarnos con los que están y sienten como uno. Porque cuando duele, el cuerpo busca abrazos que duelan parecido, para no sentirse solo.

Pasar la noche porteña en la Plaza de Mayo. Y recibir el solcito de la mañana ahí. Donde también pasaron la noche varios descamisados, pobres y rotos que no tienen techo. Desperezarse y andar. Recibir el sol con mate caliente y bizcochos horneados y algunos diarios recién salidos para ver qué se dice y qué se dijo de los días que estábamos viviendo. Y mientras, mirar la pantalla que transmitía lo que pasaba desde adentro del Salón de los líderes latinoamericanos, por donde transitaron toda la noche compañeros y compañeras a despedir a Néstor.

¿Estábamos naciendo ahí? En esos momentos en que nos mirábamos y nos encontrábamos llorando el mismo dolor, la misma pérdida, sintiendo la misma y terrible falta. ¿Éramos nosotros descubriéndonos unidos por alguien que nos trascendió, y después de muerto nos funda? ¿Nacíamos ahí? ¿Fuimos un pueblo construyéndose una nueva identidad política, unos nuevos sujetos, hermanados por la muerte de uno de los nuestros?
Todavía faltaba la lluvia. Que empezó como llovizna y no paró durante el resto del día. Pero había un compañero muerto. Un compañero de corazón enorme, y al que, ironías de la muerte, su tiro del final fue un corazón que erró. Y a los compañeros muertos hay que despedirlos y acompañarlos.

De a poco libero esto. Tengo tantas palabras atragantadas. Que no sé cómo escribirlas. Para quién. Para mí, resuelvo. Y a la mierda. Vuelvo.

La lluvia no molestaba. Mojó, sí. Hizo frío, sí. Pero marcaba una diferencia con los otros días. Se me ocurrió pensar en algún momento que el pueblo y el cielo tenían ritmo circadiano. La lluvia convertía ese día en historia. Para siempre. El último día de despedida del compañero. El compañero que nos dio tanto, y que sólo la buena historiografía podrá hacerle justicia.

¿Nos trasciende esto que nos pasó?
Nos deja mareados en medio de una tormenta que aún no supimos calmar.
Nos deja pasmados ante lo injusto.
Y cantando, convencidos, con nuevo furor: Sean eternos los laureles, que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos… ¡o juremos con gloria morir!

A Néstor Carlos Kirchner.

19 de octubre de 2012

Mañanas.

Hay veces que me acariciás
como si estuviera por acabarse el mundo. De una forma final. Atroz.
Terriblemente hermosa.

Es incierto esto. Raro. Tranquilo... debe ser por eso que me gusta.
No tiene exigencias. Ni tiempos.
Hay cariño, no amor. Y eso, por ahora, es un alivio.

Hay veces que me duermo pensando en tu abrazo, en tu espalda, tu boca
y ay!, dudo de todo, un rato.

Pero no. Esto que somos es así, con sus incertezas y sus vaivenes
y sus gestos amorosos. O no.
Esto que no somos, no se mide.

Y eso es tan lindo como tu caricia mañanera.

20 de septiembre de 2012

Buenaventura.

En la ciudad donde vivo
andan floreciendo los aromos, los lapachos.
Se anda asomando la vida nueva de la primavera
en cada esquina, en cada cauce, en cada lluvia.

En la ciudad que habito, que quiero, que me llena
el río anda cantando una cancioncita con gusto a futuro,
anuncia el tiempo de las flores,
los colores, los olores.

La ciudad se anda convirtiendo en una ventana
hacia los abrazos,
en una pausa,
en un silencio,
en un solsticio.

Miro el cielo colmado de azul, repleto, felíz.
Llega el calor. El carnaval. La buenaventura.
Viene el tiempo de las polleras, las mareas,
las estrellas enormes, allá arriba,
los ciclos nuevos.

¿Cómo no va a ser tiempo de cambiar de piel,
también?



19 de septiembre de 2012

Preguntas I.

si un día no estoy más
¿se hará cargo el mundo de mi voz?
de todo lo que no llegue a decir, a abrazar, a sentir.

si un día no estoy más
¿me haré cargo de mi propia ausencia?

16 de septiembre de 2012

quiero.

[quiero una canción con mi nombre
un alguien nuevo que me diga tequiero
abrir grandes los ojos
maravillarme
quiero ver el mundo entero
decir algún nombre y sorprenderme
reir a carcajadas
enterrar soles y desenterrar lunas llenas, embarazadas de noche
conmoverme
llorar a mares
gritar lo mucho que amo esta vida tan vida
tan mía tan yo en el medio del espanto
y la ternura]

14 de septiembre de 2012

Y no.

quisiera que seas una sombrita nomás
algo que no voy a extrañar
un abrazo tibio
una sonrisa a medias
manos frías.

yno.
tu cuerpo no es sombra. es tan tangible como mis ganas de vos.
y tu abrazo es entero. y caliente.
y tu sonrisa, certera. y tus manos, llenas.

es una lástima que ya no quiera más esto,
así,
tal cual es. yno.

12 de septiembre de 2012

Confluencias.

Te abrazo y corren las mandarinas;
te beso, y todas las uvas sueltan el vino oculto  de su corazón
sobre mi boca.
Gioconda Belli

Te acaricio dulcemente. Quisiera que te quedes. Que esto sea algo. Poco más de lo que es.
Te miro ser toda la piel y toda la sangre. Y estas latitudes que confluyen en tu boca.
Contemplo tu espalda de aire. Tu hombría siéndome. Haciéndome.
Y me guardo toda la ternura del abrazo. Los besos tibios. La sonrisa entera.

[escribo porque es mi forma de sentir el mundo. a vos. a mi misma.
tengo un pergamino donde describo tus costados, incluso antes de haberlos conocido. 
así que no te preocupes. esto es mío. todo mío.]

Mañana serán otras mis manos. No éstas que te acarician hoy.
Qué suerte la mía. De haberte saboreado un día así. Entero.
Sin reclamos. Sin horarios. Simplemente siéndonos.
Con toda la vida a flor de piel, ardiendo ahí, a nuestros pies.


S/T - María Mamczur


6 de septiembre de 2012

Flores.

[me iría bien lejos
escaparía de varias gentes
de algunos conflictos
de ciertas mentiras que digo
de ciertas verdades que hago]

pero no.
que ya llega la primavera. de a poco.
me viene naciendo como de adentro.
la siento agrandarse en el pecho. me aliviana los pies.
ando suelta de manos.
vestidita de aire. ando.

[quiero flores. muchas flores.
que florezcan mil, en cada rincón.
ojos que aturdan.
llenarme de besos.
abrazarlos a todos los que andan vaciados de manos,
apurados
desquiciados
viciados de espantos
locos. abrazarlos]

pero si. que viene llegando el tiempo del viento cálido.
de hacer muchos amores. y de hacer el amor, también.
quiero andar, andar. que arda el sol en la cara.
que se llene la verdulería de mandarinas.
que sea verde el mundo. muy verde.

que te alivianes los pies.
que andes vestido y vestida de aire, quiero.







13 de agosto de 2012

Abajito.

serás todas mis sombras.
y las sombras de mis manos.
y las de mi boca cuando te nombra en la noche, en esta cama.
                                                       [abajito de mi, hombre]
¿sabrás nombrarme cuando ya no haya más que decir?
¿sabrás mi nombre, después de mañana?
¿después de vos, me sabrás?
                                                      [saboreame un rato más, que acá me quedo, hombre]

8 de agosto de 2012

[...]



[Cuando me crecieron alas, volé.

Cuando me llamó, allá fui.

Cuando me di cuenta, estaba ahí.

Cuando te encontré, me perdí.

En cuanto te vi, me enamoré.]


Pedro Aznar

3 de agosto de 2012

Yo no te exijo el fuego.


Poema de: Norma Segades Manias.
Soy lo que soy.
Una mujer extraña,
una mujer sin vueltas ni preguntas que arrastra
cicatrices de vinagre porque la afrenta le quitó hace
tiempo las frágiles migajas del asombro.

Una mujer de sueños sumergidos que reniega de
brisas y relámpagos y rubores y vuelos y palabras y
máscaras y torpes eufemismos asediando el reverso
de sus ojos.


Soy lo que soy.
Me tomas… o me dejas.
Soy esta desmemoria de crepúsculos, esta orfandad
de duendes, esta tierra de dura orografía, de breñales
donde erizan las lobas sus sollozos.


No comprendo el amor de otra manera que este
aliento tenaz, impenitente, labrando los desnudos
calendarios con un filo de arados celebrantes
horadando los úteros del polvo.


Mi amor no exige nada,
ni siquiera el tributo de un beso cotidiano
ni una brizna de sol mientras trabajas ni un símbolo
que encienda la liturgia ni caricias rodando en los
agobios.


Mi amor es el amor de los que saben que todo es un
eterno desafío,
contienda de sudores, de coraje,
un combate feroz donde la muerte siempre clava su
emblema en los escombros y la ternura es un tañido
breve,
apenas una niebla coagulada que estalla en nuestros
gestos cuando el sueño (como un árbol de olvidos
subterráneos) florece en la impiedad de sus retoños.


Soy lo que soy.
Ya ves…
No me reclames nada más que el linaje de mi
ausencia observando tu espalda en el silencio
mientras crecen mentiras clandestinas y yo me quito
el corazón…
Y lloro.


Abrazo - Zdzisław Beksiński

1 de agosto de 2012

Pachamama.

(Click en la imagen para agrandar. Descargala para leer)

Felíz día de la Pachamama. A tomar caña con ruda!





23 de julio de 2012

Cena.

siento que se me van a salir del cuerpo las ganas de decirte que te cenaría, entero. bocado a bocado a bocado.
no entran en mi. me ahogan un poco. es como tener todas las palabras atragantadas sin poder, sin poder.
no entiendo qué me hiciste. si yo no te quiero. qué pasó.
cómo mierda te saco de acá adentro. cómo te hago un bollito y te tiro. cómo.
me atajo las ganas de quererte. y no me sale. es una furia contenida. un desquicio.
igualmente, adivino que tu desnudez concreta no sería el paraíso.
a mi me mata esta parte. la de desearte con sacudones. la de verte e inventar el mundo que seríamos juntos.
ya sé. histeria. pfff. lo sé perfectamente.
y sin embargo, se me salen las ganas, hombre, de decirte que si te agarro te cenaría una noche larga, y entera.

18 de julio de 2012

Dónde.


quisiera conocer tus cotidianos.
los lugares donde transita tu vida.
saber tus sombras. y las sombras de tus bolsillos. tus dudas.
los libros que amás. las películas que te hicieron llorar. lo que odiás.
[soñé que nunca te iba a conocer. jamás de los jamases. tanto no importa. te invento]
entonces, quisiera conocer el sabor de tu café con leche a la tarde. y de tus tostadas.
la forma de tu caricia mañanera. y de tus abrazos espontáneos.
los besos esquivos. y los otros, los inolvidables.

Eternal Sunshine of the Spotless Mind
dónde sos.
vos.
dónde estás siendo hoy.

13 de julio de 2012

Necesito.

ando un poco empachada de sinsentido
cansada de las rutinas
dando vueltas sobre mí misma, sin saber muy bien
dónde ir
y necesito un cuerpo compañero que me sonría
y me abrace
y me ande cerca, para que yo no olvide
estas cosas que necesito.




29 de junio de 2012

Verosímil.


La única verdad es la realidad.
Aristóteles. Perón. Urondo. Etc.


George Orwell tenía razón. Cuando escribió "1984", allá por 1948, postulaba que la sociedad del futuro sería sumisa, dominada y, principalmente, no conocería la verdad. Nada, pero nada de nada, de lo que se escribía o producía en ese mundo del futuro era realmente verdad. Pero no existía forma de comprobarlo. La documentación se actualizaba constantemente, a medida que sucedían los cambios, y lo anterior era totalmente eliminado. Ni un rastro de lo previo. El Ministerio de la Verdad llamó Orwell a ese lugar encargado de actualizar la realidad, transformándola en una distinta a la anterior.

¿Les suena familiar?

Pues claro. Hoy se llama Facebook, y es un ejercicio que hacemos todos los días. Ayer con una fecha de Volver al Futuro. Hoy con la muerte de Badía.

La información que sale en Facebook pensamos está actualizada y la asumimos verosímil. Y, las más de las veces, la creemos porque no tenemos muchas formas (ni interés) de corroborar que sea o no lo que se dice allí, cierto. Y reproducimos esa información porque son las "reglas" de esa red social: Decir algo, siempre, por más pelotudo que sea.

Pero ese ejercicio, el de la reproducción, no es el peligroso. El verdaderamente peligroso es el de la eliminación. Si eliminamos los verosímiles que creímos verdaderos pero se transforman en falacias (o imprecisiones, o incongruencias o, lisa y llanamente, mentiras) ¿cuánto falta para que eliminemos la verdad? ¿O será que ya lo estamos haciendo?

La información es poder, dicen. Sólo habría que imaginar el poder que tendrían aquellos que pudieran tergiversar la realidad... Paren! Freno de mano! Ya lo hacen, se llaman medios de comunicación masiva. Hola, qué tal, mucho gusto. Contame qué tenés en el plato del morbo y el sexo para las noticias de hoy. Igual, ese es tema para una laaaarga reflexión, en otro momento.

Empaparse de los muchos verosímiles que circulan, discutirlos, criticarlos y desmentirlos, si es necesario, es la tarea que nos toca para no eliminar realidades. Tremenda tarea, sí. Pero el objetivo lo vale: no convertirse en obsecuentes, y formar(se) para tener conciencia de uno mismo y los otros (que son yo, indefectiblemente).







25 de junio de 2012

Corporizaciones.

No sé qué quiero decir sobre lo que callo.
Me cuesta corporizar en palabras las cosas que me palabrean el cuerpo cuando te veo.
Igual, es mi defecto. Siempre tuve el mismo problema. No saber decir. Sí escribir.
Por eso heme aquí, intentando decirte que te quiero, hace mucho. Y nunca te lo dije.

19 de junio de 2012

26.

Tengo una urgencia.
Un picor.
Un apuro.
Una nota.

Pero voy con calma.
Me he nacido a mi misma varias veces ya. 26 casi. 
Tengo el cuerpo entero, que hace.
La voz toda, que dice.
Mis gentes-roca.
Mis gentes-camino.

Puedo hacer una pausa. Y mirar el cielo.
Porque tuve 26 cielos y fueron todos míos.
Parí 26 ojos, también.
Con sus abrazos y sus desidias y sus ansias y sus hermosuras.

Tengo un silencio.
Una caricia.
Una memoria de elefante.
Un elefante en una serpiente.

Pero voy paseando.
Me dejo asombrar. O no. Me muero de miedo. O asusto.
Soy toda esta cantidad de voces de adentro
y de voces de afuera.
De música incendiaria, enardecida,
tamborileando en mis dedos, en el pecho.

Tengo algunos versos
-que son sólo míos-
Y muchas manos compañeras, montones, que se extienden y me abrazan
siempre.

Tengo 26 otoños.
Y nadie nace en otoño sin laberintos y cielos grises y poesía.
Así que acá me tienen, laberínticamente
naciendo una vez más,
de otoño a otoño, como lo indica el calendario,
y mis arrebatos de alegría.

9 de junio de 2012

Incendio.

Ojalá esta noche
se incendien todas las ganas.

No nos vamos a morir de frío. Vamos a bailar todo el cuerpo.
Sacudir las malarias. Perder a los idiotas.
Encontrar a los que valen la pena ser encontrados.

El mundo se acaba en un suspiro.
Y el invierno siempre, alguna vez, termina.



7 de junio de 2012

Estela.



El cuerpo de Estela se contrajo.
Sintió como si una garra le arrancara el vientre de un zarpazo.
Lloró, desconsolada, por días. Por meses. Años.

Su hija estaba embarazada.
Era una jovencita dulce, testaruda, idealista.
Estela supo que no la vería más.
Ni a su hija ni a su nieto, que se habría llamado Guido, si resultaba varón.

Los milicos se llevaron a Laura en noviembre del 77.
Laura parió en la negrura. Nadie supo. Nadie vió. Nadie oyó.
Laura parió un hijo en medio del terror y nadie lo recuerda.

Estela sí. Estela recuerda todo. Tiene memoria de elefante.
Estela recuerda que le arrancaron a su hija y a su nieto. A quien busca, tantos años después.
Recuerda el dolor profundo de vientre arrancado.
Recuerda el llanto.
Y la historia que empieza allí, circulando alrededor de la pirámide de la Plaza de Mayo.


A Estela Barnes de Carlotto | Abuela de Plaza de Mayo
Verdades verdaderas. Película sobre la vida de Estela 


[Poema expuesto en "Todos somos Arte", Espacio Candace. Sta Fe, mayo 2012]

3 de junio de 2012

A medias.

El zaguán donde te desnudé
sin quitarte la ropa.
Joaquín Sabina

Dicen los que saben, que pensar mucho tiempo en la misma cosa
es obsesión.
Imagino que pensarte tanto tiene algo de eso. Y también algo de tabú. 
Y algo de rutina. Porque siempre, cada tanto, te vuelvo a pensar. 
Como si nunca te hubiera podido extirpar.
Por ahí andás, 
escondido en algún recoveco de mi memoria
que no se cansa de recordar -y crear- detalles y detalles y detalles
de vos en mí. De esa hermosura que fuimos a medias, alguna vez, hace tanto tiempo. 



25 de mayo de 2012

Abismo.

Encandecen tus ojos.
La verdad no sé si se dice así,
pero me arden.


Como si quisiera arrancarte
los huesos
y mirarte.


Como si pudieras
abrirme las cenizas
hasta nunca
y mirarme.


No sé si confesarlo,
pero quisiera que me descubras
contemplando tu espalda, 
ardiéndote
-al borde de ese abismo que me mira, y es tu boca-.

Quisiera que me enseñes
a cargar con tus ojos.
Que te veas,
y me abras de vos
hasta los huesos.



M. C. Escher.

22 de mayo de 2012

Trágico.



Abrazar lo trágico de mí.
Porque pensar positivamente es tan adquirido como el celularcárcel que tenés en la mano. No es real.

 [querés comunicarte?
andá a abrazar alguien]

Amar lo terrible de mi. Los muchos traumas. Lo que no digo.
Porque somos seres complejos, vos y yo. Una voracidad terrible.
Un torbellino de contradicciones.
Seres en medio del camino. Buscando. Tratando de saciar los deseos incontenibles. Siendo racionalmente, porque no nos queda otra.

Abrazar lo trágico de vos.
Descubrir que llorarnos es parte de este viaje. Como los vinos compartidos, las hojas del otoño nuevo, las hermosas soledades, lo cotidiano que revoluciona.

[¿hace cuanto que no llorás por vos?
¿qué es lo que te duele tanto, allá en el fondo?]


Abril siempre será intenso. Bellísimo y terrible.
Miles de abriles. Todos los otoños. En brevísimos momentos. 



[Poema expuesto en "Todos somos Arte", Espacio Candace. Sta Fe, mayo 2012]

Sueño.

sueño con amarte.
hacerte orilla. puerto de llegada. puerta mía.

siempre he soñado con amarte. y viceversa.
que este invierno estés allí, al borde de mis manos, compartiendo una caricia cotidiana,
estando ahí, al amparo de estos ojos.

desde siempre sueño que, algún día, 
seamos nuestra rutina más hermosa. 




[Poema expuesto en "Todos somos Arte", Espacio Candace. Sta Fe, mayo 2012]
 

28 de abril de 2012

Aburrido.


No existen razones cuando duelen los ovarios.
Duelen. Y punto.
La vida sigue.

Hoy, que duelen tanto, quisiera verte Ricardito,
                                                           -porque encima te llamás Ricarrrdo-
Y destriparte de tus tan terribles canciones. 

Maldito mísero machista monótono mediocre.

Y aburrido.

15 de abril de 2012

Volver.

Dejé de soñarte.
Estás entre mis pliegues, como los demás. Pero no sos ausencia.
Ni siquiera te extraño.
Cómo pasó eso, no lo sé. Qué fue lo que tuvimos y dejamos de tener hace ya un tiempo: un invento.
Un intento por no estar solos. Y deshabitados. Quizás, también, fueron ganas de amar.

Pero no lo hicimos. Estaba esa distancia entre vos y yo. Esa reticencia. Esa diferencia.
Y siempre, desde el principio, tuve la certeza de que no te amaría. Y sin embargo ahí me quedé. Supongo que por ese maldito mandamiento social que dice que estar sola es cuasi suicidio. Pero me quedé, y como era de esperar, la relación cayó estrepitosamente al vacío.

En buena hora. Sí, leyeron bien, en buena hora.
Nadie quiere algo que no necesita. Así como hay cosas, también hay relaciones basura.
-sacar lo que no sirve, tirar lo que lastima-

Ya es tiempo de volver a andar.

Río.

Afortunadamente el tiempo se desdobla, lentamente, sobre la piel.

La razón no carga con cicatrices. Lo que duele siempre está en otro lado.
Lejos del cálculo y la evidencia. Una belleza fugaz. Una buena noticia.

Por suerte mi piel está llena de marcas. De jirones, de tactos, de nostalgias.
De personas.-Y agradezco tanto estar tan llena acá adentro de gente. De mucha gente-


Más allá está la piedra, que salva
y los miedos asesinos.
Más allá el calvario. La ausencia. Los despojos.


Acá cerquita es más querible.
Un infierno, . Pero de siluetas conocidas. Un infierno propio que se ríe de la risa de otros ojos. Una buena noticia.
Acá nomás aprendí a abrazar.
Y a dejarme entrar por amores lentos, maravillosos o tardíos.


Más allá no están las palabras que quiero
Más allá no hay mucho que decir.
Mi lugar está en el río.

De este lado del río.
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19 de febrero de 2012

Voy.

Voy a sentarme a esperar la lluvia.
Que se demora. Que viene llegando tarde.
Voy a contar mis dedos, que alguna vez, hace mucho tiempo, te acariciaron.
Voy a recorrerte imaginariamente. A amarte.
Voy a enumerar mis tragedias. Y reir a carcajadas.
Voy a despertarme un día, y vas a estar ahí. Con toda tu desnudez a cuestas. Con tu hermosura.

Porque cada tanto, sin previo aviso, como sin querer queriendo, te me metés en los sueños. Pequeño hombre que baila detrás de mis párpados.

Voy a sentarme a escuchar tango. Muchos y buenos tangos. Y a esperar la lluvia.
Que llega tarde, como siempre.

15 de febrero de 2012

Certezas.

Fijate qué cosa curiosa
tener de repente la certeza de que la vida cambia en un chasquido.
Y sin embargo una sigue enfrascada en las rutinas cotidianas,
que por rutinas, no tienen por qué ser aburridas.

En fin. Mirá qué loco. Saber de repente que un día me voy a morir.
Como todos.
Y la vida va a seguir. Porque así es el mundo, por suerte.
Y no saber si amé de verdad. O si me amaron.

Pero sí saber, con certeza nauseabunda
que soy felíz, contra todos los pronósticos.