29 de mayo de 2009

Manifiesto de humor otoñal



Empezar a darle sentido a estas secuencias de rutinas insalvables.
Y salvarnos de a todos. De una buena vez por todas.
Agotar el espacio entre lo dicho y lo callado.Y salvarnos.
De la desmemoria el desinterés y las dosis descomunales de bizarriedad que consumimos.
Salvarnos del cuarteto de nostalgias e historias trilladas que todavía seguimos creyendo.
Salvarnos del absurdo de la palabra cuando no es sincera. Y de la repetición continua de lo mismo, siempre.
Salvarnos de la lumpecracia que abunda y que tozudamente se mantiene en el mismo sitio desde hace siglos. Sin mover un puto pelo sin cambiar una sola palabra.
Salvarnos de esa parte de lo cotidiano que agobia y aburre y machaca la cabeza hasta el cuadrado.
Salvarnos de la racionalización absoluta de todo lo que existe. Del objetivismo. De la seriedad. Burlarse con altura de la historia es un buen ejercicio cuando se sabe hacer (bien nos lo enseñan los videos de Peter).
Salvarnos de la droga mediática que arremete sin remedio. Y de los portavoces de ninguna voz que valga realmente la pena.
Salvarnos de los revolucionarios de estampilla. Y su par de fotocopias revolucionarias (manifiestos del finado líder) leídas con cansancio y sin vergüenza.
Salvarnos de Otto Vargas, de Elisa Carrió y de Mauricio Macri y su Va a estar bueno… ¡Las pelotas va a estar bueno!
Salvarnos de la educación estándar, encasillada y agotadora. Y de los simposios de sabios referentes de la nada que no tienen nada nuevo que decir.
Y entonces también:
Salvarnos de la impartición indiscriminada de pensamiento vacío, de la Crítica Lanata o la crítica por la crítica misma.
Salvarnos de las verdades absolutas que acechan.
Salvarnos de las mentiras veniales que hostigan.

Salvarnos de nosotros, cuanto antes.
Y, urgentemente, Salvarnos con nosotros.

18 de mayo de 2009

De terrazas y palabras.



“Con la mansa bravura
de insistir respirando”
Horacio C. Rossi

Que le espera a este otoño tan húmedo?
Tan empapado de soles celestes y terrazas desiertas...
Me regocijo ante la existencia del río. De su noche caliente. De su abrazo milenario.
Camino esta calma tan colmada de pequeñas verdades, de magníficos misterios.
Me rompo en este abrazo que acabo de nacer, entre palabras, para usted
Poeta del Ah!mor... que será de vos allá donde hayas ido, imagino que directo al corazón de una palabra, como decía Paco. Allí donde tu alma, l’alma se sienta completita y cantora,
como lo era cuando habitabas estas latitudes...
Vamos a extrañar un poco bastante tus abrazos de río y niebla, de amigo y hermano
Y tus palabras, tanto tanto, nos van a faltar tus palabras...las del amor las del agua las de la vida, esa que tanto te sobraba
Te abrazo, desde este lado del río al que supiste cantarle con unos pocos versos
Las despedidas, rompen, por eso te saludo. Tiro una botella al infinito para que la encuentres
-adentro hay varias palabras, de esas que te pertenecen-
Te vuelvo a abrazar en esta escritura, que te corona, hermano, debajo de los vaivenes de la noche.

A Horacio

Poeta en la terraza...
A Mario
Poeta de acá enfrente...