Detrás de la arena
un cuerpo nuevo que me salva.
Agradezco estas intensidades
que aparecen cada tanto.
Si te respirara lentamente un tiempo largo
quizás te querría. Pero no se.
Tu mirada todavía es un poema inconcluso
cierta metáfora que no descifro
-y eso me fascina-
Después y ahora
encuentro todas esas bocas
que me hacen tan feliz
Las que reconozco mías
por salvarme muchas veces
-de la tristeza,
de la locura,
de esos lados tan humanos
que persiguen-
Detrás de la pereza
y de mis besos suaves
no sabría encontrarme
sin abrazos que ardan
de tan inconmensurables
-gracias por eso, siempre-
Y me pregunto,
secretamente,
sin querer decirlo en voz alta,
por las dudas
¿qué hubiera sido de nosotros
si nunca
se hubiera inventado el abrazo?