♣ Palabreando hasta las cenizas. Revolviendo el viento, desde la piel al aire. Y ViceVersa ♣
31 de diciembre de 2010
Abrazos
28 de diciembre de 2010
Venga y pase.
21 de diciembre de 2010
19 de noviembre de 2010
Nos.
12 de noviembre de 2010
Río arriba
28 de octubre de 2010
El nombre y el hombre son nuestros.

11 de octubre de 2010
Pausas.
Dos bancos de dos plazas diferentes.
Un bar de comidas.
Un juego de sábanas de mi cama.
Lo cierto es que hay esquinas terribles.
Colmadas de unos recuerdos que ya no son míos
y quiero extirpar con premura. Pero los malditos resisten.
Ahí están.
Esas esquinas terribles llenas de vos.
Embriagadas de vos. Saturadas. Saciadas. Asqueadas de vos.
Lo cierto es que no es nada fácil esto de volver a andar.
Porque ahí estás. Impregnando esas esquinas que no quiero.
Ando en pausas estos días. Pausas que me fuerzan a pensar.
Pausas que me obligan a pensarte.
Lo curioso es que ya no te extraño.
–Besar otra boca siempre funciona, de a poco-.
A vos, no te extraño. Cosa curiosa y bienvenida, ciertamente.
Yo, esta noche, tengo demasiados silencios encima.
Muchos rincones que nunca dije.
Angustias guardadas.
Brumosidades e incandescencias.
A piel en flor.
Muchas esquinas terribles
llenas de vos y voces
y bancos de plazas
y camas que ya no son mías
que ya no son camas
y juegos que ya no son sábanas
que ya no son juegos.
Pausa. Pausa. Pausa.
-Yo no te extraño. A vos. No te extraño.
Ya te clausuré el decir.
Ya te maté la palabra-.
Bienvenido sea.
Quedan por resolver estos silencios. Estas bravas brumas que acechan.
Estas esquinas terribles.
Esta áspera pausa
A todos y cada uno de ustedes.
Romper.
28 de septiembre de 2010
Bipolaridades I.
16 de septiembre de 2010
Rompiente.

Mi cuerpo no quiere ser trinchera.
13 de septiembre de 2010
Desvío.
2 de septiembre de 2010
Carajo.
21 de julio de 2010
Amigos.

No.
No todos los amigos de mis amigos son mis amigos. Por suerte.
Y porque muchos me caen mal. Es la verdad más verdadera.
Ahora que pienso, las novias o novios también. La mayoría, por principio (y al principio) me caen para el culo.
Porque soy celosa de ellos. Y sé darme cuenta cuándo aquellos son cagadores o altos gatos. Eso. Instinto de protección, ponele. Y unos celos grandes como una casa. Porque mis amigos son eso. Mis casas alternativas. Y también mis abrazos necesarios, mis caricias cotidianas, mis mates, mis noches locas y mis noches tristes, mis monotonías y mis alteraciones. Tan parte de mi vida como mis anteojos o mis manos. Tan imprescindibles como el beso, el café con leche y la palabra.
Así que va un sincero, y tardío, felíz día a mis amigos que saben que son mis amigos. Y a los que yo sé que lo son. Está bueno decirlo de vez en cuando: Los amo yo a ustedes. Sepanló. No es que los amo hoy nomás. Es siempre. Hoy aprovecho pa decirlo, ya que todos aprovechan pa decirlo.
Redoblo la apuesta, a riesgo de quedar como una pesada reiterativa:
4 de julio de 2010
Ayer.
ayer fuimos la decisión de alguien
hoy la nuestra
retazos de historias que hilan algo que no sabemos dónde acabará
y sin embargo siempre hace falta desafío
otra boca
y una copa de vino
24 de junio de 2010
Epitafio.
19 de junio de 2010
Influencias de veinticuatro.
Yo no sé lo que es el destino.
Caminando fui lo que fui.
Allá dios que será divino
Yo me muero como viví.
El necio – Silvio Rodríguez
Fijate. Mirá bien. Abrí los ojos. Vas a ver que el mundo está del revés, patas arriba. Y sin embargo sigue siendo hermoso, tan lleno de palabras y de abrazos. Tan necesitado de nosotros- eso me dijo Eduardo.
Nosotros estamos cabeza abajo- me contó Mafalda. Y me mostró los palitos de abollar ideologías (que hoy pueden y suelen tener otras formas).
Sé que ando sin buscar, pero no sé si ando sabiendo que nos vamos a encontrar alguna vez. Quiero dejar que otro me vea como ven mis ojos. Quiero que un día me dejes ver como ven tus ojos- estito me lo enseñó Julio, a quien queremos tanto. Y hubo un día que, sin siquiera darme cuenta, entendí a Oliverio cuando me decía dejate ser con otro, y lo reviví: Se miran, se presienten, se desean, se acarician, se besan, se desnudan…
LaGente no está ahí abajo ni ahí arriba. LaGente está a la altura de los ojos. (¿Vos para dónde mirás cuando me ves? Fijate. Prestate atención cada vez que veas, siempre que veas a otro). Porque el pueblo es la frontera es la trinchera es el camino. Adelante y atrás del pueblo no hay nada. Nos toca vencer todos los días a la derrota, a los derrotistas. Y también a los conformistas, a los hipócritas y a los farsantes. (A los traidores nada, ni palabras, ni justicia)- me susurraron Eva y Juan. Y Rodolfo y Paco y Juan y TreintaMil.
Mirá bien. Abrí los ojos. Los que nos mienten desde siempre no muestran sus caras, se esconden atrás de LaGente que está en las pantallas que ocultan las verdades y machacan las cabezas. Los que mienten son los que dominan a través de zonceras, esas que nos han enseñado en la escuela y son conocidas como sentido común. Los que mienten son, y serán siempre que estén, nuestros enemigos. (Y al enemigo hay que asumirlo neciamente, conocer su cara, para después poder confrontarlo) - esto lo aprendí de Arturo y lo poetizó Silvio; después me lo repitió DosMilOcho.
Mirá bien. Prestá atención. Hay compañeros por todos lados, subversivos hermosos. Aunque nos hayan arrancado a muchos imprescindibles, ellos son los que nos mueven hoy, a cada instante. Alzamos sus banderas cada día, cantamos sus canciones, buscamos lo que soñaron. Una patria grande, una patria enorme que vamos construyendo con amor, con mucho amor y mucho pueblo (y fusiles también, si hicieran falta). Y la justicia, siempre la justicia. Todo eso pegadito a nuestra hermosa costumbre de abrazos, de alegría ante todo y contra todo- me lo contó José; me lo dieron a entender mis compañeros; y más tarde me lo dije a mí misma, cuando comprendí la magnitud de la palabra compañero.
Sorprende el amor cuando ataca. Sorprende la nostalgia. Sorprende la sensación de pertenecer a un lugar, a algunas personas. Sorprende cuando a los muchos los sentís tuyos.
Sorprende la historia cuando abarca lo que no se dice, la tanta historia de esos muchos, tan llena de piel, de sangre, siempre haciendo frente a la amargura, a la avaricia de los pocos. Sorprende encontrarse rodeada de banderas. De un amor inconmensurable que sólo puede ser humano, tan complejo, llenador y extraño como somos los humanos.
Sorprende saberme constructora de mis propios pasos (aunque sea tan difícil a veces tomar las decisiones correctas). Pero somos lo que hacemos de nosotros mismos.
Sorprende descubrir que abrir los ojos es lo más difícil del mundo. Cuesta vida. Y arde en las entrañas. Ver derrumbarse, uno a uno, nuestros prejuicios, las sinrazones con las que justificábamos algunas injusticias, es algo terrible y maravilloso al mismo tiempo (y hay tantos y tantos muros que derrumbar todavía). Comprender que el mundo también depende de lo que hace uno. Verse haciendo cosas, por más ínfimas que sean, por, para y con los otros (que son yo, siempre).
Creo en la magia. En el karma. En el universo. En la música. En el potencial y el poder de la palabra. (esto de poder decir gracias, decir te quiero, decir amigo). Pero antes que cualquier cosa, creo en las personas que conozco, mis tantas gentes que sazonan la vida.
Amo mis distancias mis ausencias, el camino que me construyo a cada paso, mis fracasos. Y lo otro también, por supuesto. Amo las sonrisas de los que amo. Mi lu, mi flo, mi vi, mi fa, mi lula, mi ma, mi pa, mi ni, mi emi, mi sol. Las bocas nuevas que enamoran. Los abrazos eternos e inconmensurables. Mis hojas llenas de manchones que quieren contar algo con palabras. Los libros que cuentan, los que cantan, los que historian. Las caricias cotidianas que están cerca, siempre cerca.
Acá estoy y acá me quedo. Con mi otoño fresco y soleado. Con mi vigesimocuarto otoño entre los dedos. Con la certeza de que falta mucho, de que recién empiezo a andar. Y tengo mis manos que tocan y abrazan, siempre.
16 de junio de 2010
Soledades II
Me quedé temblando en tu último abrazo
Acá no estás vos
-me queda chico ese abrazo, me sobran los lados de la cama-
Soy este soliloquio de pequeñas faltas
De murallas
De caminos raros y hermosos.
De ausencias. Tantas y tantas ausencias.
Hoy sumo una más.
Sumo tu nombre tu voz tu abrazo a mi calvario de nostalgias. A mi soliloquio de rechazos.
Porque soy estas soledades. Siempre.
Siempre el espejo que me muestra el vacío.
Siempre el otoño que acaba temprano.
Siempre un nombre que me deslumbra (y se arrepiente).
Siempre un hombre que jamás quiere ser mío (cuando empieza a despuntar el invierno).
Que jamás quiere quedarse a la altura de estos ojos (cuando empieza a terminar el otoño).
Siempre yo.
Yo sola, otravez y comosiempre.
(Y hoy necesito trincheras amigas y cercanas)
28 de mayo de 2010
Bis.
Aunque la humille el liberal, servil al Imperio del Norte,
aunque la niegue el intelectual de la izquierda dogmática,
que aprende de la vida por los libros,
la Patria siempre está volviendo…
Con la insistencia de la ola en el mar,
con la tenacidad del viento,
con la paciencia inmemorial de la tierra".
Marcelo Koenig
es que con esto no tiene nada que ver el mundo
o por lo menos lo que considero mi mundo, que es pequeño
abarca un solo continente y algunos hermanos del hemisferio sur
pero atrás de los ojos que no veo hay otro cielo.
un abrazo renovado naciendo con la ventisca nublada de otoño.
atrás manos y decires
gente que hace bien porque está nomás
adelante ese tumulto enardecido y feliz
esa marea entonando la misma música
la misma que entona desde hace tantos decenios
por eso no tiene nada que ver el mundo
esa fiesta que todavía late es nuestra para siempre
coronada de ese pueblo hermoso y asombrado
por encontrarse con que comparte la palabra PATRIA.
25 de mayo de 2010
Bicentenario.

¡Libertad!, ¡Libertad!, ¡Libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas,
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la Tierra
una nueva y gloriosa Nación,
coronada su sien de laureles,
y a sus plantas rendido un león.
De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar
la grandeza se anida en sus pechos:
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas,
y en sus huesos revive el ardor,
lo que ve renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor.
Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor:
todo el país se conturba por gritos
de venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel;
su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel.
¿No los veis sobre México y Quito
arrojarse con saña tenaz
y cuál lloran, bañados en sangre,
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
luto y llanto y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?
A vosotros se atreve, argentinos,
el orgullo del vil invasor.
Vuestros campos ya pisa contando
tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos, que unidos juraron
su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.
El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y valor,
el clarín de la guerra, cual trueno,
en los campos del Sud resonó.
Buenos Aires se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita unión,
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo León.
San José, San Lorenzo, Suipacha,
ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental.
Son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.
La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillantes cubrió,
y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio.
Sus banderas, sus armas se rinden
por trofeos a la libertad,
y sobre alas de gloria alza el pueblo
trono digno a su gran majestad.
Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín,
y de América el nombre enseñado
les repite: "¡Mortales, oíd!:
ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud".
Y los libres del mundo responden:
"Al gran pueblo argentino, ¡salud!
Sean eternos los laureles,
que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos...
¡o juremos con gloria morir!
Vicente López y Planes
17 de mayo de 2010
Encuentros.
Sobre todo porque una no tiene ni idea qué pasó con la vida de esa gente: si les va bien, si les va mal, si pasaron por cosas jodidas, o cosas hermosas. Nada, una no sabe nada.
Y por supuesto también está la certeza de que seguramente les pasaron cosas, de cualquier tipo, pero cosas les pasaron. De que seguramente ya no son las mismas personas. Porque una ya no es, ni de lejos, lo que era hace tantísimo tiempo.
Por suerte esta no es la reflexión de una incomodidad similar.
Pasó que me reencontré con gente que no veía hace muchísimo tiempo. En realidad no nos reencontramos, ni de casualidad ni de golpe y porrazo. Nos encontramos porque quisimos. Y eso está bueno. Tener las ganas de reencontrarse con gente, de re-conocerse. Lo que en realidad es encontrarse, porque ahora son gente nueva.
Y porque yo no sé nada de ellos. Son distintos. Y convengamos que tampoco los conocí mucho antes. Se trata de mirarlos de otra forma. Con estos ojos que tengo ahora, que no son los que eran cuando los veía más seguido.
Lo cierto es que las pocas veces que nos vimos la pasé de diez, de miles. No tuve necesidad siquiera de pensar dónde estaba. O por qué. Estábamos en sintonía, se podría decir. Viejos amigos. Nos reímos de las mismas cosas, lo que es curioso. No tuve que amoldarlos a algún juicio forzado. No tuve que esforzarme para estar ahí. No tuve que callarme nada tampoco. Y esas cositas, a veces, te llenan. Como abrazar, pero distinto.
Me sorprende que a pesar de que transitamos caminos diferentes, estos pocos años que pasaron nos llevaron a realidades y pensamientos parecidos. Lo que también es un abrazo.
Como esto de encontrarme con la certeza, de golpe y porrazo, de que no andábamos tan lejos como prejuiciaba. Todo lo contrario. Andábamos bastante cerca, pero no teníamos ni idea.
Hasta que decidimos encontrarnos.

A los jipies.
3 de mayo de 2010
Filtraciones.
-Te me filtras por la nariz, los labios, la cintura-
No tengo palabras para esto.
Acá estoy yo, hoy, tan falta de tu abrazo.
-Me invadís por centímetros, por poros, por risas-
Te dejo. Me dejo.
Porque ando ganas de vos.
Porque donde estás, todo sabe exquisito.