18 de octubre de 2014

Camino.

Hablábamos de lo indescifrable.
Esto de que hace calor y hace frío y no sabés que más ponerte o que más sacarte.
O esto de que tenemos que cambiar algunos caminos, a veces, para encontrar otra cosa.

Volanteamos hacia otro lado, unos días atrás, y descubrimos algo.
Un otro mundo posible y al alcance de la mano, 
que necesita algunos ajustes aquí y allá, claro, pero ahí está.
Fresco y nuevo, formulándose sueño o futuro o puerta.

Hallarse perdiéndose en lo desconocido, vaya placer!

Volanteamos hacia otro rumbo y nos perdimos pero nos encontramos, quizás, aunque no estamos muy seguros todavía. Quién pudiera saberlo, no?

Ignorar el camino, vaya cosa linda!

Es una suerte poder redescubrir que cambiar el rumbo, de vez en cuando, es también aprender a no perderse entre tanta costumbre.


Andrea Lértora

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