15 de abril de 2012

Volver.

Dejé de soñarte.
Estás entre mis pliegues, como los demás. Pero no sos ausencia.
Ni siquiera te extraño.
Cómo pasó eso, no lo sé. Qué fue lo que tuvimos y dejamos de tener hace ya un tiempo: un invento.
Un intento por no estar solos. Y deshabitados. Quizás, también, fueron ganas de amar.

Pero no lo hicimos. Estaba esa distancia entre vos y yo. Esa reticencia. Esa diferencia.
Y siempre, desde el principio, tuve la certeza de que no te amaría. Y sin embargo ahí me quedé. Supongo que por ese maldito mandamiento social que dice que estar sola es cuasi suicidio. Pero me quedé, y como era de esperar, la relación cayó estrepitosamente al vacío.

En buena hora. Sí, leyeron bien, en buena hora.
Nadie quiere algo que no necesita. Así como hay cosas, también hay relaciones basura.
-sacar lo que no sirve, tirar lo que lastima-

Ya es tiempo de volver a andar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y, sí, el sabor amargo que queda, si el milagro de amar no se produjo. Como alguien decía, "si no hay amor, entonces que no haya nada". Ya llegará. Un abrazo.

la vecina dijo...

vuelta a las andadas, niña na, recuerde que la felicidad (y el amor) se encuentran antes si se buscan.

beso y abrazo.

Don Julio dijo...

Cristinasss me encantaría que el hecho de buscar y buscar hubiese traído presencias y ma´s que presencias, hubiese dado la oportunidad de amar.
Pero no la dio.
ni trajo aquello.
asi que , como pude,
traté de parar de buscar.
Y no pude tampoco.
y ahora mi blog es un hervidero de deesencuentros que buscan encontrarse.
y yo sigo aquí
leyéndola a ella
quizá ella busque
encontrarse sin buscar nunca.
Y al final
de resultado ser opuestos.