El otro día
cantamos. Un pueblo todojunto
cantando. Y bailando. Y siendo feliz, en la primera plaza del país. Desde hace
diez años, somos felices ahí. Nadie nos caga a palos. Nadie nos echa. Tenemos
el privilegio de vivir en este país, que hace fiesta en sus plazas y se llena
de pueblo y de un amor enorme, abrazador, hermoso.
Decíamos hace dos noches: pocas veces vamos a poder decir que bailamos canciones de Charly o de
Fito en la Plaza
de Mayo. Cuánta felicidad. Qué ganas de abrazar inmensamente a la compañera
Presidenta, y decirle todo lo que la queremos, la admiramos. Por suerte, lo
sabe. Lo sabe perfectamente.
El amor al
pueblo, del pueblo. Es eso.
¿Dónde
estaban los que piden palos? ¿Los que se llenan la boca de odio y escupen: “acá
ya no se puede vivir”? Qué tristes deben ser esas vidas, que no pueden sentir
este amor con el pueblo, tan
distinto, tan hermosamente único y diferente a todos los otros amores.
Fue una fiesta el 25. Un carnaval hermoso, repleto de abrazos con compañeros y compañeras desconocidos, pero que sienten el mismo amor con el pueblo, y porque era el día de la
Patria , y a la
Patria se la celebra y se la festeja y se le grita ¡Viva la Patria ! en todo momento,
para acariciarla. Y también, porque hace diez años el Flaco, ese compañero gigante, entró
a jurar su mandato presidencial para cambiar el rumbo de nuestra historia. Sin
dejar afuera de la Casa
de la Patria
sus convicciones e ideales. Así dijo. Y así fue.
Setecientas mil personas bailando, siendo felices, juntas y en
paz, podemos dar fe de eso diez años después.
Fotos de: Equipo de Prensa CFK
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